Directo: Neil Young, 22/06/2007, Mandela Forum, Florencia

Mientras la mayor parte de ustedes estaban descubriendo que después de todo tienen un pequeño patriota en su corazoncillos, y que sólo aflora cuando España pasa de cuartos de final, un servidor decidió hacer realidad un sueño de los que uno tiene desde que descubre que hay algo llamado rock'n' roll: ver a Neil Young en directo.

Neil Young es la esencia de rock. Es una persona incomoda para todo el mundo. Es la demostración de que el sueño hippy puede envejecer dignamente, pero al mismo tiempo es un hombre que no dudó en apoyar a Reagan en los años 80. Pero ante todo es uno de los músicos clave para entender el desarrollo de la música rock norteamericana en los últimos 40 años.

El canadiense no sólo tiene un de los mejores fondos de catálogo del mundo, sino que continua siendo un animal en concierto. A pesar de no ir con los Crazy Horse, (iba con su Electric Band, guitarra, bajo batería, dos coristas y un pintor) , Neil Young dio un lección de lo que es poder en la interpretación de unas canciones, que al menos yo tengo grabadas a fuego en mi cabeza. Empezó con Love and Only Love de Ragged Glory, su mejor disco de los años 90. Fueron más de 10 minutos de electricidad e increíbles sólos de guitarra. Ahí ya me tenía ganado. Poco me importó que no metiera más clásicos. No hubo Heart of Gold, ni Cortez the Killer. Pero en cambio tuvimos Hey Hey My My, una escalofriante The Needle & The Damage Done, Old Man, y otros 25 minutos de tormenta sónica con No Hidden Path.

Y en los bises vino la sorpresa. Una madeja de distorsión abrió el bis, y poco a poco se fue formando lo que más tarde sería un All Along the Wachtower a medio camino entre el de Dylan y el de Hendrix. Y ya para cerrar su himno Rockin' In The Free World.

Y esta semana los dos últimos días del RockWerchter.

*la foto es de Matt Barbieri