Feliz Día de la Toalla
Como parte de las festividades de este día, la cabecera de esta página será un homenaje a la Guía ( imagen, por otro lado robada al Emperador de los Helados), y aquí dejo la definición que la Guía da de la toalla:
"The Hitchhiker's Guide to the Galaxy has a few things to say on the subject of
towels. A towel, it says, is about the most massively useful thing an interstellar hitchhiker can have. Partly it has great practical value—you can wrap it around you for warmth as you bound across the cold moons of Jaglan Beta; you can lie on it on the brilliant marble-sanded beaches of Santraginus V, inhaling the heady sea vapours; you can sleep under it beneath the stars which shine so redly on the desert world of Kakrafoon; use it to sail a mini raft down the slow heavy river Moth; wet it for use in hand-to-hand combat; wrap it round your head to ward off noxious fumes or to avoid the gaze of the Ravenous Bugblatter Beast of Traal (a mindboggingly stupid animal, it assumes that if you can't see it, it can't see you—daft as a brush, but very, very ravenous); you can wave your towel in emergencies as a distress signal, and of course dry yourself off with it if it still seems to be clean enough. More importantly, a towel has immense psychological value. For some reason, if a strag [non-hitch hiker] discovers that a hitchhiker has his towel with him, he will automatically assume that he is also in possession of a toothbrush, face flannel, soap, tin of biscuits, flask, compass, map, ball of string, gnat spray, wet weather gear, space suit etc., etc. Furthermore, the strag will then happily lend the hitchhiker any of these or a dozen other items that the hitchhiker might accidentally have 'lost'. What the strag will think is that any man who can hitch the length and breadth of the galaxy, rough it, slum it, struggle against terrible odds, win through, and still knows where his towel is, is clearly a man to be reckoned with." (The Hitchhiker's Guide to the Galaxy, Chapter Three)
2 comentarios:
Pues a mí me pareció una gilipollez de libro, la verdad. Lo leí animado por la fama que tiene, y porque, lo reconozco, leo cualquier cosa que suene a ciencia ficción. Pero me pareció una chorrada cósmica. Un humor barato, intentando imitar el estilo de Sharpe y Kennedy Toole, sin llegarle a la suela de los zapatos. Sin imaginación, sin argumento, sin nada de nada.
Lo de la toalla me pareció una idea delirante más. Me imagino al autor: "mmmm... vamos a hablar sobre algo absurdo. ¡una toalla! Ahora la describimos como un objeto divino y digno de culto, y seguro que nos queda algo divertido. Dios, soy un genio".
Oh, y qué original idea, no se lo pierdan: los delfines son más inteligentes de lo que nos creemos. Cómo no se me había ocurrido antes.
Y todo esto lo aderezamos con un robot que no se comporta como se debería comportar un robot, y tenemos una obra maestra que hará furor entre los aficionados a Terry Pratchett.
En fin...
Yo creo que en ningún momento intenta imitar a Sharpe o a Kennedy Toole. Por un lado al segundo es imposible, ya que el programa radiofónico de la Guía del Autoestopista Galáctico es de 1978 y el primer libro de 1979,mientras que la única e insuperable oda oda a Ignatius se publicó en 1980.
La influencia de Sharpe la podría ver si no fuera por el hecho que mientras que Sharpe y especialmente en Wilt lo que tenemos es un humor negro que hace que todos los personajes rocen en todo momento el patetismo, y una visión cruel contra los humanos, Adams adopta un humor disparatado y surrealista, nada negro, por el público al que se dirige, mucho más amplio en el espectro de edad que el que busca Sharpe.
Asimismo más allá de que te parezca tronchante o no, el libro ha desarrollado toda una imaginería que no ha dejado de influir en todos lados, desde el nº 42, al lema de la Guía (Don't Panic) pasando por los nombres de los inventos que aparecen en le mismo.
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