jueves, enero 24, 2008

Discos Internacionales del 2007 (III)


Es cierto que Neon Bible no es Funeral, pero no hace falta. Mientras en su primer disco uno cae rendido ante la profundidad de la temática y la inmediatez de las canciones, Neon Bible la producción hace que las canciones suenen atemporales, enormes, sin que sean inmediatas. Ya no hay muerte por todos los lados, lo que hay es una preocupación política que no cae en el panfleto. Arcade Fire suenan como The Band tras haber escuchado Talking Heads. Además Neon Bible crece a cada escucha, no hagan caso a los medios, este disco es inmenso.



El problema de hacer listas como esta son las omisiones. En 2005 dejé fuera de la lista (ya que no lo había escuchado) The Mysterious Production of Eggs, el anterior trabajo de Andrew Bird. Ese disco era todo lo que yo andaba buscando por aquella época: muy buenos arreglos, mejores melodías, algunas gotas de rock y muy buenas letras. Yo no he cambiado tanto en estos años, y Andrew Bird tampoco. Armchair Apocrypha sacrifica el rock en favor de una mayor elegancia: el resto sigue ahí pero mejorado por los años.


Es imposible que Spiritualized saquen un nuevo Ladies And Gentlemen We're Floating In Space, no obstante The Besnard Lakes Are The Dark Horse es el mejor sucedáneo que ha salido de ese disco. Pero no se queda ahí, el conjunto canadiense no sólo invoca a J. Spaceman (Devastation), también hacen lo propio con Super Furry Animals (Disaster), o los Beach Boys (For Agent 13), o grupos un poco más en la onda stoner. Una auténtica sorpresa.


En este puesto también podría estar The Black Lips con su Good Bad Not Evil, o el Space & Time de Miss Alex White & The In The Red Orchestra, discos de garage potentes, y que sirven para demostrar que más allá de las modas, este género está más vivo que nunca. King Khan & The Shrines juntan todo lo bueno que tiene este género: son macarras, suenan potentes, y no dejan de ser auténticas enciclopedias musicales andantes. Suenan como la banda de James Brown en Land Of The Freak, son los Faces en (How Can I Keep You) Outta Harms Way, se transforman en los Sonics en I Wanna Be A Girl, y se disfrazan de orquesta de variedades en Cosmic Serenade. Con gente anclada en este pasado, ¿quién quiere un futuro?



Cuando comencé a escuchar este disco me llevé una gran decepción, me había hecho muchas ilusiones con la continuación del magnífico Chutes Too Narrow, y Wincing The Nigh Away no parecía cumplirlas. Pasado un año desde la primera escucha, es el disco de The Shins al que más vuelvo. Tiene un algo, transmite una sensación que me obliga a escucharlo por encima de la melancolía de Oh Inverted World, o la inmediatez de Chutes. Wincing The Nigh Away suena más oscuro y enimágtico que sus predecesores y puede que sea eso lo que me hace escucharlo con tanta asiduidad, y eso es lo que le convierte en el mejor de ellos.

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